Avodá zará

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La idolatría es considerada un acto flagrante por la mayoría de religiones abrahámicas. En el Cristianismo(rama Católica) se considera a la idolatría como un vicio opuesto a la virtud de la religión y que consiste en dar honor Divino (cultus) a cosas que no son Dios, o a Dios Mismo de una manera equivocada(1) En el Judaísmo y el Islam la generación de imágenes tridimensionales; en sí misma, puede derivar en un acto de idolatría.

Etimología

Literalmente, culto extranjero, generalmente en el idioma castellano se opta por traducir como "idolatría"(a nivel genérico). Pero el termino es más amplio e incluye otras categorías restrictivas.

Mandamientos Derivados

Este es un mandamiento de carácter negativo que tiene como objetivo la delimitación afirmativa de la fe (certeza absoluta). Por él se exige al individuo reconocer únicamente al Creador y creer sólo en Él y no en ningún tipo de ídolos. Como dictamina el propio Maimónides: “No hay duda alguna de que cualquiera que eleve su espíritu gracias a la superación de su propio carácter, adquiriendo sabiduría y creyendo en el Creador, es digno del Mundo por Venir”. La creencia en el Creador entraña el reconocimiento de que sólo El creó y formó todo, que hizo, hace y continuará haciendo todo lo que existe. Esta creencia es decisiva para la formación del carácter, dado que la incitación a hacer cualquier acto contrario a la Voluntad de Di-s -lo que implica necesariamente ocasionar algún tipo de daño- va generalmente precedida por la negación implícita de Su soberanía en el asunto. Esta negación constituye la raíz misma de la idolatría y la blasfemia, pues conlleva la idea de que, modos de culto que no placen a Di-s, serán quizás agradables a alguna otra deidad. El término mismo de "ídolo" es incluso ampliamente utilizado en el lenguaje corriente para designar objetos de devoción extravagantes y sin sentido; esta utilización transmite con exactitud la connotación de ridiculez y estupidez que supone en su significado religioso. Todo ser humano debe creer que sólo Di-s es ontológicamente Uno y Único, con una Unicidad no semejante a ningún otro ente que fue, es o será. Asimismo, este mandamiento implica la noción de que Di-s es incorpóreo, no poseyendo ningún atributo de corporalidad y que no es susceptible de comparación alguna con nada más. Una vez que este concepto es comprendido en su totalidad, se torna evidente por qué la legislación contra la idolatría expresamente prohibe formar alguna imagen de Di-s o creer que El posee una cualquiera, incluyendo, por supuesto, la humana. Asimismo, incluye la idea de que el Creador existió antes de la Creación y continuará existiendo aún después de que lo creado deje de ser; más aún, que El no sufrió cambio alguno en virtud de haber creado el universo entero. Este último punto remite a la paradoja filosófica de la simultánea existencia y no existencia del mundo que ha dado pie a incontables dilemas existenciales en lo referente a la relación existente entre el ser y la nada, por cuanto no se lo ha comprendido correctamente como una paradoja originada a partir del atributo divino antes mencionado.

Otro corolario de la idea de Soberanía exclusiva del Creador lo constituye la idea de que es bueno y apropiado para el hombre rezar a Di-s, y sólo a El; además, que nadie debe dirigirse a El a través de un intermediario. La interposición de intermediarios humanos o semi-divinos es el factor común que comparten la gran mayoría de las religiones gentiles actuales, con contadas y notables excepciones como la del Islam (que, empero, incluye otras deficiencias propias). La verdadera fe para el gentil implica el firme rechazo de cualquier influencia que estos extraños elementos puedan ejercer sobre El, sea ya bajo la representación antropomórfica de Di-s como objeto central de culto, o ya de una casta sacerdotal o monástico de hombres que reclamen poseer una relación especial con lo divino. Incluso los lugares Santos están desprovistos de cualquier sentido divino intrínseco. Esencialmente, el hombre debe alentar la convicción de que únicamente el Creador formó todo lo que existe con el fin de que sólo con Él, el mundo se relacione en forma directa, así como que sólo El supervisa de continuo Su creación y conoce los pensamientos íntimos del hombre, como se halla expresado en Salmos 94:11. Por otro lado al gentil no le está prohibido negar alguna profecía específica de Moisés, pero debe firmemente creer que los Siete Mandamientos vienen de Di-s. Y según, Maimónides, debe también abrigar la creencia de que fueron dados por intermedio de Moisés. Es evidente, sin embargo, que la creencia en la verdad de la totalidad de la Torá y el hecho de haber sido entregada en el Sinaí a los hijos de Israel entraña un contenido de fe muy profundo, mas el gentil puede permanecer dentro de esta profesión de fe -y en el de la profecía- en términos generales, de acuerdo con la medida de su motivación. Las creencias en el Mundo por Venir, en la resurrección de los muertos y en la venida del Mesías son también recomendables y benéficas para los gentiles, quienes pueden estudiar la Biblia como fuente de estas promesas y garantías que les fueron entregadas a los judíos.


Referencias

Rabí Yoel Schwartz / Redireccionado desde Tora.org.ar